Enfrentémoslo, la nube está en todos lados y está transformando el área de TI. Con cinco minutos y una tarjeta de crédito, casi cualquier persona puede aprovechar la capacidad de una nube pública para realizar pruebas para desarrollo, control de calidad y productividad. Además de esta facilidad de acceso, existen otros beneficios: confiabilidad, eficiencia y transparencia de los costos, entre otros. Es por ello que cada vez más empresas recurren a la nube pública cuando tienen más demanda en su área de TI. Las nuevas cargas de trabajo se transladan hacia la capacidad de la nueva nube. Eso tiene sentido.
Pero ¿qué sucede con el área de TI existente, las cargas de trabajo y los procesos que ya están en funcionamiento? Pues bien, las cargas de trabajo existentes podrían migrarse a la nube pública, pero hacerlo no es una prioridad. Si las cargas de trabajo son estables, ¿para qué moverlas? Si aún se está amortizando el hardware, ¿por qué desmantelarlo? Entonces, la migración de las cargas de trabajo, en general, no es una prioridad.
Pero hay otra oportunidad de utilizar la nube pública para mejorar la TI existente. Consiste en aprovechar la nube pública, o infraestructura como servicio (IaaS - Infrastructure-as-a-Service), para la protección de datos con respaldo y recuperación habilitados.