Si alguna vez experimentó un error de sistema o de aplicación, sabe la verdad: las copias de respaldo son buenas en la medida de su capacidad de recuperación de datos. Si no puede recuperar rápido, muy rápido, las aplicaciones que hacen que su empresa funcione, usted solo se convierte en un acaparador de datos.
¿Qué son esas pilas de periódicos viejos amontonadas en el pasillo? ¿Y esos regalos excéntricos que nunca tira ni vuelve a regalar, que atestan los estantes y juntan polvo? No sea el administrador que tiene el equivalente al respaldo. Para satisfacer las necesidades de la empresa, es mejor tener un enfoque bien organizado y optimizado en cuanto al respaldo y
la recuperación.
Pero ¿cómo saber qué se debe respaldar y con qué frecuencia hacerlo? ¿Qué guardar, por cuánto tiempo y dónde guardarlo? Allí es donde debe volver a centrarse, y no en el respaldo, y definir sus objetivos de recuperación. Las
siguientes son cuatro áreas principales en las que debe definir sus objetivos de recuperación.